Maqueta del monumento a la memoria de los niños judíos deportados desde Francia y asesinados en Auschwitz.

En memoria de niños judíos deportados de Francia y asesinados en Auschwitz.
Simbólica de la obra
Quise, en esta escultura, mostrar a un grupo de niños apretados unos contra otros con, por encima de sus cabezas, un inmenso bloque paralelepipédico que representa a la fuerza ciega e inhumana que va a aplastarlos y reducirlos en cenizas.
Habitualmente, las esculturas se construyen de modo piramidal, punta arriba. El prototipo más conocido es el de la pieta de Miguel Ángel, porque si usted traza líneas que coinciden con los puntos exteriores de la escultura, usted recae en este modelo piramidal que simboliza la ascensión y la espiritualidad.
Al contrario, en esta maqueta de monumento, las líneas exteriores se inscriben dentro de un paralelepípedo, con volumen pesado y sin salida, puesto que cuando uno toca a la vida de niños, uno llega al término de la barbarie sin redención posible.
No quise hacer figurar, en esta escultura, símbolos específicamente judíos porque es ante todo un drama Humano puesto que un niño sigue siendo un niño cual sea su religión y su color de piel.
Las dimensiones previstas de este monumento son de una altura de 320 cm, de una anchura de 200 cm y de una profundidad de 150 cm. La altura de esta escultura está prevista para dejar un espacio de 140 cm entre el bloque superior y la base que permita representar a estos niños a tamaño natural.